Lluvias azotan a Nicaragua En alocución al pueblo, transmitida por radio y televisión, el estadista ratificó que lo más importante es prevenir y no sembrar alarma en la población, e invitó a redoblar la solidaridad entre las familias en esta difícil coyuntura.
Hasta el momento hay ocho mil 995 damnificados, de los cuales cuatro mil 463 fueron evacuados a sitios más seguros, explicó el mandatario.
Están en funcionamiento 46 albergues y permanecen movilizados más de cinco mil integrantes del Ejército, la Policía, el Sistema Nacional de Prevención y Mitigación de Desastres, las Alcaldías y los Gabinetes del Poder Ciudadano, a fin de auxiliar a las familias.
Todavía resulta imposible cuantificar la magnitud de los estragos, porque los aguaceros continúan, pero hay reporte preciso de mil 600 casas anegadas, 41 destruidas totalmente y 116 con daños parciales.
Para los departamentos impactados por el fenómeno climático se decretó alarma amarilla; sin embargo, a la hora de atender a la población hay que actuar como si estuviéramos en alerta roja, la de mayor gravedad.
Quien haya perdido un familiar por las lluvias se siente en alerta roja, lo mismo sucede con las personas que quedaron sin vivienda, así mismo lo vemos nosotros cuando se trata de brindar solidaridad y atención a los damnificados.
Varias localidades, precisó, están incomunicadas por las roturas de carreteras y puentes; en esos casos,el Ejército recibió orientaciones de utilizar medios propios con el objetivo de proporcionar soluciones transitorias.
Además, se cuantifican 249,20 kilómetros de carreteras con roturas serias, su reparación requerirá un inversión por 76 millones 300 mil córdobas (unos 3,4 millones de dólares) y ese dinero no está contemplado en el Presupuesto, señaló el Presidente para ilustrar la complejidad de la situación.
El pronóstico, alertó, es que continúen las precipitaciones en las próximas 48 horas sobre las áreas del Pacífico, occidente y centro del país, pero proseguirán con mayor o menor intensidad durante el resto del mes y en noviembre.
Ortega significó que intensos aguaceros afectan otros territorios centroamericanos como Guatemala, El Salvador y Honduras, se trata, comentó, de fenómenos naturales que no podemos impedir, pero sí estamos en la obligación de prever y atenuar los desastres.
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