La mayoría de las víctimas fallecieron tras ser sorprendidas por un torrente y fueron arrastradas junto a sus vehículos.
El agua ha caído con rabia tras meses de sequía, llegando a superar los doscientos litros por metro cuadrado en algunas localidades. Las más dañadas fueron las malagueñas Álora, Villanueva del Trabuco, Pizarra y Bobadilla. La situación mejora este sábado, con el desplazamiento del temporal hacia Cataluña y Baleares, donde se ha decretado la alerta naranja.