La presidenta Dilma Rousseff ordenó movilizar las instituciones de socorro y realizar evacuaciones en las zonas en peligro ante los pronósticos de intensas lluvias en las próximas 24 horas.
El gobierno de Brasil puso en marcha ayer un plan especial de emergencia para hacer frente a una fuerte temporada de lluvias que deja más de una docena de muertos y coloca en alto riesgo a miles de personas en el sureste del país.
La presidenta Dilma Rousseff ordenó movilizar las instituciones de socorro y realizar evacuaciones en las zonas en peligro ante los pronósticos de intensas lluvias en las próximas 24 horas, informaron los ministros de Salud, Gobierno, Integración Nacional y Ciencia y Tecnología.
La emergencia se concentra en los estados de Minas Gerais, Espírito Santo y Río de Janeiro, este último escenario hace un año una tragedia con más de 1,300 muertos y desaparecidos a causa de deslizamientos que azotaron la región serrana.
Por lo menos ocho personas murieron bajo escombros tras un alud de tierra provocado por las lluvias torrenciales en Sapucaia (norte del estado de Río de Janeiro), con lo que aumentó a 23 el número de fallecidos en la temporada pluvial que comenzó a finales de 2011, y se intensificó en la última semana, según autoridades de socorro.
El ministro de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercadante, comentó que la temporada de lluvias deja 2.5 millones de afectados, entre evacuados, familias sin techo y personas que han perdido todo.
También dijo en conferencia de prensa que las inundaciones han alcanzado niveles históricos. Hasta anoche, se reportaban 14 desaparecidos.
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