El escándalo en el que está involucrado el capitán del buque Costa Concordia en el momento del naufragio no se detiene.
En esta oportunidad medios italianos aseguran que Francesco Schettino fue objeto de una interceptación telefónica por parte de los jueces un día después del naufragio que a la fecha deja 16 muertos.
En dicha conversación el capitán del Costa Concordia le confiesa a su amigo, que en el momento de la emergencia abandonó el barco: "cuando vi que el barco se inclinaba, me bajé", confesó Schettino.
La conversación revela además que el "saludo" a la isla de Giglio había sido ordenado por la compañía con el objetivo de publicitar el crucero, y que en otras oportunidades la arriesgada maniobra ya había sido ejecutada por él y por otros capitanes de crucero.
En otro momento de la conversación Schettino le dice a su amigo: “no quiero subir más a una nave, quiero cambiar mi vida".
Schettino se encuentra actualmente en arresto domiciliario acusado de abandono de nave, naufragio y homicidio múltiple culposo, y podría enfrentar una pena de hasta 15 años de cárcel.
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