Ni una sola denuncia de desaparición, ni el más mínimo
indicio fiable. La Guardia Civil trabaja prácticamente a ciegas para
determinar el origen de tres cadáveres localizados en las rías de
Corcubión y Arousa en el último mes, cuya identificación se antoja muy
complicada si no aparece algún familiar que los reclame.
Los agentes encargados de la investigación ni
siquiera se aventuran a establecer una conexión entre ellos pese a que
dos, el del hombre encontrado el pasado 1 de abril y el de la mujer,
presumiblemente joven, recuperado este lunes; fueron descubiertos en la
misma zona de Brens, en el concello coruñés de Cee, a solo unos 500
metros el uno del otro.
«Eso tampoco quiere decir nada porque las corrientes en forma de U
que hay en la ría de Corcubión hacen que todo lo que arrastra el mar
acabe depositado en esa zona, independientemente del lugar del que
proceda», señala un policía que conoce perfectamente esta costa.
Hasta el momento, lo único que saben los
investigadores es que el cuerpo del varón localizado el 1 de abril no se
corresponde con el del navegante francés Jean-Marc Grollier, al que se
le perdió la pista en Fisterra a mediados de diciembre, puesto que lo
han descartado las pruebas de ADN cotejadas con las muestras que
facilitó su familia.
Respecto a la mujer encontrada esta semana, con
el primer examen forense quedó claro que se trata de una persona
aparentemente joven, delgada, sobre 1,65 de estatura, que llevaba solo
la ropa interior y unas botas de vestir, pero tampoco sirvió para
determinar si ya estaba así cuando acabó en el mar o perdió el resto de
las prendas durante el mes que, aproximadamente, pudo pasar en el agua.
También apareció desnudo de cintura para arriba el varón de entre 40 y 50 años hallado
el 14 de abril en la playa de O Espiño, en el concello pontevedrés de O
Grove, y que ya fue enterrado en el cementerio parroquial, por orden
del juez, después de que le practicasen la autopsia y nadie lo haya
reclamado.
Al igual que en los otros dos casos, la Guardia
Civil descartó que los datos coincidiesen con los casos de desaparición
denunciados en España y ha cursado una alerta internacional para tratar
de identificar el cuerpo que, hoy por hoy, se presenta como la opción
más factible para desentrañar el enigma.