Una lluvia de una intensidad sin precedentes ha dejado al menos 54 muertos y 3.000 evacuados en la ciudad argentina de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires y situada a 50 kilómetros al sur de la capital. En algunos barrios de esta localidad, donde perecieron 46 personas, el agua subió de repente hasta los dos metros como si se hubiera roto un dique o desbordado un río, por lo que se presume que las víctimas mortales serán más a medida que las aguas bajen y se pueda revisar el interior de viviendas y vehículos donde muchos vecinos quedaron atrapados.
"Esto es un drama, una catástrofe. Ahora nos vamos encontrando con la peor situación", admitió el gobernador de la provincia, Daniel Scioli, al brindar el dato del número provisional de víctimas. "El volumen de agua sorprendió a la gente sin darles posibilidad de escapar", dijo, y anunció que el número de muertos seguramente crecerá en las próximas horas, cuando los equipos de rescate recorran casa por casa, empezando por los hogares habitados por personas mayores.
"Es el desastre climático más grande de la historia de la ciudad", aseguró el ministro de Seguridad, Ricardo Casal, al frente del comité de crisis. Los vecinos llamaban a las emisoras de radio para advertir que estaban atrapados en sus vehículos, algunos con niños desde hacía más de 10 horas. Otros advertían con angustia que habían visto cuerpos flotando en la calle. Pero los grupos de rescate no dan abasto.
El barrio de la presidenta
El promedio de agua caída en la tarde de ayer en esa ciudad quintuplicó
la media mensual. En los barrios más afectados los vecinos se refugiaron
en el tejado, en árboles, en las azoteas o en la planta alta de las
viviendas. En las calles flotaban los vehículos y algunos vecinos se
trasladaban en canoas, nadando o caminando con el agua por encima de la
cintura. Los daños materiales son enormes. Neveras, televisores, colchones, ordenadores, automóviles, ropa, documentos, libros... todo quedó sumergido. Las marcas del nivel al que llegó el agua sucia, aceitosa, están a una altura de entre 50 centímetros y dos metros según los barrios. En los casos más severos el agua tapó por completo la puerta de entrada a las casas o los garajes.
Uno de los barrios más castigados fue Tolosa, donde nació la presidenta Cristina Fernández y donde vive su madre, Ofelia Wilheim, quien dijo encontrarse a salvo. La mandataria se trasladó en helicóptero a La Plata y se reunió con Scioli tras recorrer su barrio y hablar con los vecinos. "Yo vivía acá cerca. Cuando era chica, mi casa se inundó. Sé lo que es perder todo", les aseguró.
La inundación se desató unas horas después de otra menos trágica pero severa que había ocurrido en la ciudad de Buenos Aires en la madrugada del mismo día. Allí los muertos fueron ocho y decenas los barrios afectados. El alcalde Mauricio Macri debió volver de urgencia de Brasil adonde se había ido de vacaciones por los días festivos de Semana Santa. Admitió que "la solución no es actuar en la emergencia sino hacer obras" que eviten el colapso. "Las lluvias violentas vinieron para quedarse por el cambio climático", acusó.