La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha informado de que este martes se ha producido otra fuga de agua radiactiva desde los tanques de almacenaje de la central nuclear de Fukushima-1, la tercera en una semana.
TEPCO ha indicado que el nivel de cloro entre las tres capas impermeables de uno de los tanques de almacenaje ha ascendido hasta 910 partes por millón este martes, desde las cuatro partes por millón del lunes, lo que indica que ha habido otra fuga de agua radiactiva.
La compañía eléctrica ha explicado que cree que la fuga se ha producido desde las capas inferiores, porque, aunque es habitual que haya fugas en las superiores, pueden mantener el tanque al 80 por ciento y actualmente está al 55 por ciento de su capacidad.
El pasado sábado, el portavoz de TEPCO Masayuki Ono informó de que se había producido una fuga de agua radiactiva en uno de los siete contenedores que sirven para almacenar el agua que se utiliza para refrigerar la central nuclear.
Al parecer, los ingenieros de la compañía eléctrica detectaron 120 toneladas --el 0,85 por ciento de la capacidad del tanque-- de agua con estroncio entre las capas impermeables que cubren las instalaciones de almacenaje.
Apenas 24 horas después, TEPCO informaba de una segunda fuga de agua radiactiva, aunque subrayando que la cantidad vertida era "muy poca", por lo que ni siquiera se planteaba trasvasar el resto del agua a otro tanque.
No obstante, ante la insistencia del Gobierno japonés, TEPCO ha lanzado una investigación para determinar el origen de las fuga y, entretanto, ha comenzado a bombear el agua radiactiva que queda en este tanque a los seis restantes, lo que le llevará unas dos semanas. El 11 de marzo de 2011 un terremoto y un tsunami sacudieron la prefectura de Fukushima, ubicada en el noreste de Japón, dando lugar a una crisis humanitaria y a un accidente nuclear que, junto al de Chernóbil (Ucrania), es el peor de la historia mundial.
Desde entonces, los operarios de TEPCO han intentado enfriar la central nuclear bombeando agua hacia sus instalaciones y depurándola después con unos sistemas especiales para garantizar la seguridad ambiental.
El agua contaminada se ha estado acumulando en siete tanques que se han instalado en los alrededores de la central nuclear, cada uno de los cuales posee una capacidad de hasta 14.000 toneladas, aunque se cree que podrían ser insuficientes.