El desprendimiento que sufrió la calzada este pasado sábado debido a las lluvias de los últimos días provocó que la ladera se viniera abajo, lo que dejó un gran volumen de rocas y piedras en ambos sentidos de la vía. Esta situación originó el cierre de la N-634.
Así, ayer se retiraron ocho camiones de material pesado y "a partir de ahora hay que limpiar la ladera como medida de precaución y seguridad", aseguraron desde la Diputación. Para ello se contará con una retroexcavadora que deberá picar parte de la ladera.
El tramo afectado, situado en una zona protegida, comprende 30 metros de ancho y 20 de alto y está compuesto por un material "muy delicado" lo que dificulta los trabajos de los operarios.
Las filtraciones de agua, el desgaste de la acción del mar y un proceso natural de desprendimiento son los factores que influyen en estos derrumbes que se han convertido en algo habitual en esta zona de la costa guipuzcoana cada vez que la situación meteorológica es adversa.
"Bastantes veces" Por otro lado, la juntera de EB de Gipuzkoa, Arantza González, instó ayer a la Diputación Foral del territorio a que adopte las medidas preventivas necesarias para "garantizar la seguridad" y evitar nuevos desprendimientos en esta carretera, en concreto, en el tramo comprendido entre Getaria y Zumaia.
Tras recordar la avalancha de tierra, barro y rocas "de varias toneladas" producida el sábado en dicha vía, y su consecuente corte al tráfico, González consideró, en un comunicado, que las medidas establecidas hasta ahora "no son suficientes para evitar desprendimientos", que, según destacó, "se producen bastantes veces en esta zona".
De ahí que Ezker Batua-Berdeak pregunte al diputado foral de Infraestructuras Viarias, Eneko Goia, qué medidas se adoptarán para evitar más desprendimientos en esta carretera.
