Afortunadamente, dentro del potencial desastre que se avecina para este país, GIOVANNA se encuentra realizando un ciclo de reemplazamiento del ojo, después de que hace un par de jornada ejecutase otro. Este ciclo significa que el ciclón tropical desarrolla un ojo exterior más grande que, gradualmente va sustituyendo al interior, cuyas paredes se van debilitando a la vez que el ojo exterior va tomando su lugar y cerrándose. Ocurre que, durante este proceso, el ciclón tropical se debilita mientras su estructura interna se reorganiza.
Los últimos datos públicos del Joint Typhoon Warning Center (Centro Conjunto de Advertencia de Tifones), confirman estos datos y añade que, probablemente, GIOVANNA no tenga tiempo de completar el ciclo de reemplazamiento antes de que su ojo toque tierra, en algún punto próximo a Toamasina, en la costa este de Madagascar. Esto hace que las previsiones indiquen un debilitamiento del ciclón antes de su impacto en tierra, aunque sus bandas exteriores ya están afectando al país.
Quiere la casualidad que la mayor densidad de población se dé, precisamente, en la mitad oriental de la gran isla.
A pesar de todo, el ciclón podría llegar con vientos superiores a los 100 KT (185 km/h) y con una gran capacidad de producir lluvias, que serían catastróficas al discurrir por los sistemas montañosos que recorren el país de norte a sur.
Este es el ciclón más poderoso en hacer impacto en Madagascar desde el ciclón tropical BINGIZA de febrero de 2011.
Destaca en la imagen que encabeza esta noticia, la formación en la pared del ojo, de unos potentes cumulonimbos (marcados con una flecha blanca) que no son, ni más ni menos, que hot towers, o torres calientes, que los científicos relacionan con intensificaciones rápidas o explosivas de los ciclones tropicales en los que se forman.
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