Alrededor de un centenar de personas murieron y decenas resultaron heridas en un incendio registrado en la Granja Penal de Comayagua, región central de Honduras, informó hoy a Efe una fuente oficial.
Agregó que el siniestro comenzó hacia las 22.55 horas locales del martes (04.55 GMT) de hoy y que en hospitales de la ciudad de Comayagua han sido atendidos "decenas de quemados y heridos".
Una enfermera del estatal Hospital Santa Teresa dijo a periodistas que una treintena de reos con muchas quemaduras, de tercer y cuarto grado, fueron atendidos en ese centro, mientras que otros han sido remitidos al Hospital Escuela en Tegucigalpa.
García señaló que, según información proporcionada por personal de la Granja Penal, el incendio afectó a uno de los dos módulos del penal, en el que había "unos 500 presos", y que alrededor de un centenar pudieron haber fallecido por el fuego y el humo.
"Hay muchos cuerpos apilados en el interior de los módulos que seguramente intentaban pero no pudieron escapar del fuego, son cosas que se pueden apreciar", agregó el portavoz de los Bomberos, quien explicó que cada una de las dos naves de la cárcel tiene cinco celdas.
Familiares de algunos de los reos dijeron a periodistas que por informes preliminares que han recibido, las celdas seis, siete y ocho fueron las más afectadas por las llamas.
La Policía no ha permitido el acceso a la prensa al interior de la Granja Penal, que se localiza a orillas de la carretera que conduce de Tegucigalpa al centro y norte de Honduras.
Algunos de los reos que lograron escapar del fuego rompieron el techo y luego saltaron al vacío, según algunos dramáticos relatos de familiares de presidiarios.
Otros de los presos se habrían fugado, según la información preliminar.
El 17 de mayo de 2004, unos 107 reos murieron quemados en un incendio en el presidio de San Pedro Sula, norte, la segunda ciudad del país.
Entonces el suceso fue atribuido a fallas estructurales de la prisión, lo que evidencia todo el sistema penitenciario de Honduras.
El 5 de abril de 2003, unos 66 reclusos y tres mujeres, incluida una menor de edad, que visitaban familiares en la Granja Penal de El Porvenir, cercana a la caribeña ciudad de La Ceiba, murieron en una matanza que se produjo entre reos miembros de pandillas y otros presos comunes.
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