Pérez recordó que las erupciones históricas que se han producido en Canarias tienen una duración media de treinta días, si bien en la historia vulcanológica canaria se tiene conocimiento de una erupción prehispánica que duró seis años, según un escrito del siglo XVII recogido por la profesora de la Universidad de La Laguna (ULL) Carmen Romero.
Nemesio Pérez explicó que mientras haya señal de tremor significa que hay salida de magma y de gases, lo que contrasta con la comprobación realizada el pasado 28 de diciembre durante un vuelo en helicóptero de la Guardia Civil. Durante la supervisión aérea, los científicos observaron que en la zona del volcán submarino no había «nada», ni siquiera decoloración del agua, por lo que pensaron que la actividad volcánica había acabado. Una aparente calma interrumpida en el día de ayer, en el que el volcán volvió a recuperar «gran actividad».
Desde el 19 de julio pasado, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha registrado 11.959 movimientos sísmicos, según los últimos datos de la Consejería de Economía, Hacienda y Seguridad del Gobierno de Canarias recabados por el Instituto Geográfico Nacional para la dirección del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca).
«La amplitud del tremor del proceso eruptivo de El Hierro se mantiene prácticamente constante durante los últimos días», aseguró la consejería en un comunicado difundido ayer.
Sobre la deformación del terreno detectada, «las estaciones de control sísmico de la red de vigilancia del Instituto Geográfico Nacional muestran un patrón estable en la componente vertical y en las horizontales» en toda la isla, agregó. En concreto, en las estaciones situadas al sur de El Hierro se observa una «tendencia vertical de deflación».
La mancha que la erupción volcánica submarina ha dejado en el agua fue visible ayer con una zona bien definida de burbujeo y material fino. La parte de color verde de la mancha se extendió de manera amplia hacia el Este del centro de emisión, por la acción de las corrientes marinas reinantes en la zona. El día anterior, el 1 de enero, la zona de emisión estuvo muy bien definida con un centro de color marrón, y durante la mañana hubo momentos de emisiones de material. Durante el resto del día se observó burbujeo intenso que a veces llegó a producir anillos de burbujas.
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