Los restos de un satélite científico no operativo de la NASA caerán previsiblemente sobre la Tierra este viernes, aunque los científicos no pueden predecir exactamente en qué lugar del planeta, según reconocen responsables de la agencia espacial estadounidense.
El satélite de investigación de la atmósfera superior, o UARS, pesa 6,5 toneladas y fue puesto en órbita durante una misión de un transbordador espacial en 1991. Ha funcionado 14 años, recogiendo mediciones de ozono y otras sustancias de la atmósfera.
Desde que completó su misión en el 2005, el UARS ha ido perdiendo altura, atraído por la gravedad terrestre. El viernes, el satélite de 10,6 metros de largo y 4,5 metros de diámetro entrará en la atmósfera, dijo la NASA en su página web.
Aunque buena parte de él se quemará, los científicos esperan que hasta 26 piezas, con una masa acumulada de unos 500 kilogramos, sobrevivan al paso por la atmósfera y caigan sobre algún punto del globo.
Su órbita pasa sobre la mayor parte del planeta, desde el norte de Canadá a la zona más meridional de Sudamérica. La NASA dice que la posibilidad de que una de las piezas golpee a una persona es de una entre 3.200. Los restos caerán probablemente al océano o en zonas deshabitadas.
Satélites tan grandes como el UARS reingresan en la atmósfera de la Tierra una vez al año aproximadamente. La NASA que no había registro de ninguna muerte o heridos por restos que hayan caído del cielo.
El pedazo más grande del UARS pesará aproximadamente 151 kilos, dice Nicholas Johnson, jefe científico del programa de desechos orbitales de la NASA, desde el Centro Espacial Johnson de Houston. La NASA publica actualizaciones sobre el satélite en su página web: http://www.nasa.gov/uars.
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