El satélite de la NASA que se dirige hacia la Tierra sin control caerá sobre nuestro planeta a última hora de hoy o a primera del mañana sábado, hora del este de Estados Unidos, pero aún se desconoce su trayectoria precisa, y, mientras una empresa privada pronosticó su impacto en las costas de Chile, una alerta se difundía en Italia.
Varias horas antes de la caída, la Agencia espacial estadounidense insistió en que el riesgo de que alguno de los pedazos del satélite que sobrevivan a su ingreso en la atmósfera caiga sobre una zona habitada es mínimo, y recordó que en los cincuenta años de exploración especial nadie resultó herido por un desecho caído en la Tierra.
La NASA precisó además que el viejo satélite bautizado Under Atmosphere Research Satellite (UARS), Satélite de Investigación de Alta Atmósfera, no está cayendo tan rápido como se preveía.
La actividad solar ya no es la principal impulsora de la caída del satélite, cuya orientación aparentemente cambió, demorando su descenso, explicó la NASA. Inicialmente se preveía que el impacto del satélite en la Tierra se produciría esta tarde. Ahora se retrasó incluso hasta la mañana del sábado, en el huso horario del este de Estados Unidos.
Al reducir su velocidad de descenso y modificar su trayectoria, la NASA reveló también que no se puede excluir que caiga en territorio norteamericano, una hipótesis que ayer en cambio la misma agencia espacial había descartado.
Esa probabilidad es "baja" pero no puede desecharse por completo.
Los científicos calculan que el satélite, de seis toneladas de peso y del tamaño de un ómnibus, se desintegrará al volver a entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, pero unos 26 pedazos del artefacto podrían sobrevivir a las altas temperaturas del reingreso y caer sobre la Tierra.
El UARS terminó su misión en 2005 por falta de combustibile.
Una empresa privada estadounidense, The Aerospace Corporation, estimó que el satélite, puesto en órbita en 1991 por el transbordador Discovery para realizar mediciones de cambios atmosféricos y efectos de la contaminación, se precipitaría frente a las costas de Chile.
Pero la Agencia chilena del Espacio sostuvo que no hay forma alguna de predecir donde impactará.
"Sólo unas horas antes se conocerá con exactitud el lugar, el resto son elucubraciones", dijo el secretario ejecutivo de la agencia chilena, Juan Fernando Acuña, al diario El Mercurio.
En Italia, en tanto, la Protección civil reunió a un grupo de expertos para monitorear la situación minuto a minuto la trayectoria del UARS, aunque las posibilidades de que el satélite caiga en ese país son remotas.
Es más, según las últimas indicaciones la ventana de riesgo de un posible impacto se restringió ulteriormente, y se excluyó que esto se pueda producir en Piamonte, Valle de Aosta, Liguria, el resto de Lombardia y las provincias de Parma y Piacenza, que en un primer momento se habían considerado a riesgo.
Sólo se sabrá con certeza dónde caerán los fragmentos del satélite unos 40 o 60 minutos antes del efectivo impacto al suelo. La probabilidad de que el satélite caiga en Italia es en torno al 0,9 por ciento: muy probablemente, por el 70 por ciento, caerá en el océano y por el 99 por ciento no en Italia, afirmó Luciano Anselmo, del Instituto de Ciencias y Tecnologías de la Información, que está trabajando en los datos sobre la posición y trayectoria del viejo satélite.
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