El presidente del Cabildo herreño, Alpidio Armas, y el director de Seguridad y Emergencias del Gobierno canario, Juan Manuel Santana, confirmaron este hecho e indicaron que el epicentro de los seísmos se aleja de las zonas pobladas, lo que en sus palabras, «reduce el riesgo».
El resto de los parámetros que se miden para controlar el riesgo de erupción continúan estacionarios, según señaló López. La deformación del terreno se mantiene en los 3,5 centímetros y la profundidad de los sismos también, entre los diez y quince kilómetros. El único cambio es que la sismicidad sentida -aquella que nota la población- va en aumento, aunque esto no tiene nada que ver con la cercanía del magma a la superficie (ver página 19). «Significa que hay seísmos de más magnitud, nada más. Es algo previsto. Para que el riesgo de erupción aumente debe haber mayor frecuencia de sismos y mayor magnitud, que aún es baja», recalcó López.
En concreto este jueves, se registraron hasta las seis de la tarde nueve seísmos de más de tres grados en la escala Richter, uno de hasta 3,8 grados. El día anterior, se registraron tres sacudidas fuertes, la mayor de 3,4 grados.
El presidente del Cabildo herreño, Alpidio Armas, señaló tras la reunión del comité director en el que están presentes miembros del Gobierno de Canarias y expertos, además de la administración insular, que la «situación mejoraba». Eneste punto, Armas aprovechó el momento para negar una información publicada y que apuntaba a una «erupción inminente».
Por el momento, el semáforo volcánico en El Hierro seguirá en el color amarillo a la espera de cómo evolucione el fenómeno. «Los herreños deben seguir con su vida y mantener el sosiego y la calma como hasta ahora», manifestó Armas.
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