Al menos 53 personas han muerto y centenares han resultado heridas por el terremoto que sacudió anoche el noreste de la India y Nepal, de acuerdo con los últimos datos divulgados este lunes por distintas fuentes.
La Policía india ha confirmado el fallecimiento de 31 personas en el estado de Sikkim, donde se ha registrado el epicentro del seísmo. Además, al menos dos personas han fallecido en el estado de Bihar, al sur de Sikkim, y otras seis en el estado de Bengala Occidental.
En Nepal han perdido la vida al menos siete personas, tres de ellas al derrumbarse un muro que rodeaba la Embajada de Reino Unido en Katmandú sobre un coche y una motocicleta, y en el Tíbet han muerto otras siete, según la agencia de noticias oficial china, Xinhua.
Intensas lluvias
Militares y equipos de rescate están intentando encontrar a supervivientes en pueblos aislados del Himalaya, una labor que se ve dificultada por la intensa lluvia. Las espesas nubes han impedido que los helicópteros sobrevuelen las zonas afectadas y las autoridades han dicho que la cifra de víctimas mortales podría aumentar ya que posiblemente los soldados no lleguen a algunos lugares hasta este martes debido a que algunos puertos de montaña están bloqueados.
Un responsable del equipo de gestión de desastres de la ONU en Nueva Delhi ha declarado que «la situación no es muy buena». «Creo que el número de muertos y el de heridos va a aumentar», ha añadido.
Pawan Thapa, un vecino de Gangtok, la capital de Sikkim, ha afirmado que «la gente sigue muy nerviosa». «Hemos pasado la noche fuera de casa», ha agregado. El terremoto, que se sintió en cinco países -India, Nepal, China, Bangladesh y Bután-, hizo temblar los edificios durante más de un minuto.
Mientras, en Sikkim lleva más de cuatro días lloviendo, y la temperatura en la zona donde se ha producido el seísmo era de unos 8 grados centígrados. En Gangtok y zonas cercanas se han cerrado comercios y oficinas, según Thapa.
El responsable de la ONU, que no ha querido hacer pública su identidad, ha advertido de que, «incluso aunque la cifra de víctimas sea baja, probablemente los civiles afectados, cuyas casas han quedado destruidas y que necesitan comida y refugio, tendrán una gran necesidad de ayuda humanitaria».
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