No hubo falsa alarma. La ola de frío siberiano anunciada por los meteorólogos asaltó ayer Euskadi y, además de dejar paisajes blancos incluso en la costa y temperaturas de hasta -7 grados en zonas de interior, provocó el cierre de varios puertos de montaña y una larga lista de accidentes de tráfico, sobre todo en Álava. Fue el primer asalto de un combate que se prolongará hasta mañana. Y lo peor está por llegar. La Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, prevé que las temperaturas caerán hoy dos grados más, lo que dejará buena parte de la comunidad autónoma con máximas en valores negativos. La buena noticia es que, según el pronóstico, no nevará, de modo que el riesgo llegará en forma de hielo. Por si fuera poco, mañana continuará el desplome: en Álava se registrarán mínimas de -10, mientras que en la costa vizcaína y guipuzcoana se llegará a -6, valor que será aún inferior en el interior de estos territorios.
Con este panorama a la vista, las administraciones han restringido un buen número de actividades para este fin de semana. Ante las alertas por frío y hielo, las tres diputaciones vascas han decretado la suspensión de todas las actividades de deporte escolar. Además, en Bizkaia y Gipuzkoa se ha prohibido cualquier tipo de actividad cinegética. Y no habrá que esperar a mañana para encontrar restricciones en distintos ámbitos: la Universidad de Mondragón, que ayer suspendió sus clases por la tarde, mantendrá las aulas cerradas hoy en los campus guipuzcoanos de Arrasate, Oñati y Eskoriatza ante las preocupantes previsiones meteorológicas.
Este frente gélido procedente de Rusia ya enseñó ayer los dientes, adornados por rachas de viento superiores a 70 kilómetros por hora que hundieron la sensación térmica en zonas de montaña por debajo de los -15 grados. La nieve obligó a cerrar los puertos alaveses de Opakua y Orduña, el vizcaíno de Barazar -varios vehículos quedaron cruzados en la calzada de la N-240 a la altura de Legutiano- y el guipuzcoano de Etxegarate. Además, en muchos otros de la red secundaria se prohibió el tránsito de vehículos pesados y los coches debían circular con cadenas o neumáticos de invierno (ocurrió en Urkiola, Dima, Herrera, Opakua, Arlabán, Salinas de Leniz...).
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