Después de varios días en los que el Sol ha mostrado una gran actividad, el observatorio espacial STEREO de la NASA ha captado, hace unas pocas horas, una eyección de masa coronal (CME,
por sus siglas en inglés), una gigantesca nube ardiente de partículas y
radiación que ha salido disparada desde la superficie del astro rey
hacia el espacio.
Este bombazo de plasma no debe ser confundido con una
llamarada solar, una erupción que no siempre provoca la súbita
liberación de gran cantidad de materia solar que conlleva la eyección.
Estas partículas pueden alcanzar la Tierra entre uno y tres días después. Si apuntan directamente hacia nuestro planeta, pueden afectar a los sistemas eléctricos y los satélites, de los que depende nuestra civilización cada vez más tecnológica.
La imagen de la nueva eyección sobre estas líneas fue
tomada a las 15.54 del martes (hora española), unas dos horas después de
que saliera del Sol. Los modelos de investigación experimental de la
NASA, basados en las observaciones de STEREO, muestran que el bombazo
fue lanzado a una velocidad de 724 kilómetros por segundo.
Aunque parezca rabiosamente rápido, la realidad es que se trata de un
proceso lento si se compara con la velocidad media de estos fenómenos.
Las CME pueden causar un fenómeno meteorológico denominado tormenta geomagnética,
que ocurre cuando golpean el exterior del envoltorio magnético de la
Tierra, la magnetosfera, durante un período prolongado de tiempo. En el
pasado, las eyecciones de esta velocidad no han causado generalmente
tormentas geomagnéticas sustanciales. Han provocado auroras cerca de los
polos, pero no es probable que causen perturbaciones en los sistemas
eléctricos en la Tierra o interfieran con el GPS o los sistemas basados
en satélites de comunicaciones.
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