martes, 7 de febrero de 2012

LA LLUVIA DEJA 195 LITROS EN DOS DIAS SOBRE REINOSA


En Reinosa no quitan la vista del Ebro que ayer se subió a calles y plazas. En Espinilla, la Guardia Civil tuvo que echar mano de calderos y motobombas para sacar el agua de su cuartel. En el desfiladero de La Hermida, el Deva sigue empeñado en apoderarse de la carretera. En Molleda, están ya hartos de ver cómo el río inunda fincas y casas. En Unquera confían en el parapeto de la carretera como solución de emergencia. Y en Renedo de Cabuérniga, el Saja se asemeja a un fiel 'enemigo' que aparece y vuelve a aparecer cada diez horas.
Las intensas precipitaciones siguen con su particular querencia por Cantabria y ayer mantuvieron activadas todas las alarmas ante el crecimiento de los ríos, especialmente el Ebro, el Deva y el Pas, sin obviar al Besaya a su paso por Torrelavega.
Reinosa tiene el 'honor' de haberse convertido en la localidad española donde más ha llovido en los dos últimos días: 195 litros por metro cuadrado entre los 134 que cayeron el domingo y los 61 de ayer (a la hora del cierre de esta edición). El Ebro y el Hijar se empeñaron en centrar toda la atención de los servicios de emergencia y sus rápidas crecidas obligaron a activar los sistemas de evacuación. En el centro fue necesario levantar una escollera de contención para evitar la inundación de viviendas y comercios. «Ha caído mucha agua, pero estamos preparados para cualquier eventualidad», trataba de tranquilizar el alcalde del municipio, José Miguel Barrio, mientras comprobaba cómo el agua alcanzaba las calles e inundaba varios garajes en Nestares y fincas en Requejo.
Los datos del Ebro hablan por sí solos. El domingo, alcanzó una altura de 0,95 metros -ayer llegó a los 0,82 a las cuatro de la tarde (la media es de 0,22 metros)- y su caudal se fue hasta los 14,76 metros cúbicos por segundo (una media de 2,5 metros cúbicos). En tan sólo una semana, el pantano ha recuperado 16 metros cúbicos y la sequía que le amenazó a finales de año ha quedado ya para la estadística.
Por si fuera poco, las previsiones hablan hoy de más lluvia, más frío y más nieve, que puede llegar incluso a la costa a última hora de la tarde-noche. Las comarcas altas de la región pueden alcanzar temperaturas de 10 grados bajo cero. Las alertas, que ayer sólo eran por lluvia, se amplían hoy por riesgo de nevadas.
Caída de temperaturas
Pero lo más duro llegará mañana, miércoles, con un descenso notable de las temperaturas. Los termómetros van a caer más de seis grados, de tal manera que en Santander la mínima volverá a rozar los valores negativos y la máxima no subirá más allá de los 6 grados, unos valores que en Reinosa se pueden convertir en -2º de máxima y -8º de mínima. Y no se puede perder de vista que, como el viento del Norte soplará con cierta intensidad, la sensación térmica aún será de más frío (en Santander, como si hubiera -7º de mínima, y en Reinosa, -14º). Todo ello con la advertencia de que Aemet prevé para mañana precipitaciones en toda la región y la cota de nieve entre los 200 metros y el nivel del mar. No será hasta el domingo cuando Cantabria vuelva a ver el sol.
Reinosa ha sido uno de los lugares más castigados. Protección Civil tuvo que instalar una escollera de contención a la altura de la calle Ebro, ante el peligro de que los comercios y casas quedaran anegados. Una medida «preventiva» similar a las que se tomaron en Nestares y Requejo (Campoo de Enmedio).
La crecida del Deva volvió a centrar la preocupación de la zona de Liébana. «Dios quiera que no pase nada», rogó el alcalde de Potes al ver cómo el río se aproximaba a la carretera del Desfiladero y al comprobar las balsas de agua que desde primeras horas de la mañana se formaron.
Molleda (Val de San Vicente), Unquera y Santiurde de Toranzo estuvieron vigilados por riesgo de sufrir inundaciones de consideración; y Ontoria, en Cabezón de la Sal, registró un nivel de agua de más de un metro de altura, por lo que fue necesaria la evacuación de varios animales en una finca privada.
Peligro en la carretera
También hubo peligro para la circulación por varios argayos que se produjeron en la carretera CA-280, entre Terán y Renedo de Cabuérniga; en la CA-260, a su paso por la localidad del Valle; en Puentenansa, a la altura de Rozadilla; en Villasuso de Cieza y en Cabezón de Liébana. Además, numerosos garajes particulares quedaron anegados en la zona de Suances, Campoo de Enmedio, Santiurde y San Vicente de Toranzo y el cuartel de la Guardia Civil de Espinilla, en Campoo de Suso.
En otro punto de la región, concretamente en Mazcuerras, el servicio de Protección Civil recogió un aviso de desprendimiento. Al parecer, el de una de las escolleras de la pasarela que cruza el río Saja.
Piélagos también volvió a sentir la bravura a la que le tiene acostumbrado el Pas, sin registrar, en cambio, mayores incidencias que el corte de la circulación de la carretera Salcedo-Quijano y el desvío de la misma por otras secundarias durante al menos media hora. Según informó la Policía Local del municipio, el río inundó el vial en uno de los puntos que más suele sufrir por lluvias.
Fotos: http://cabeceras.eldiariomontanes.es/imagenes-municipios/cantabria/3868/el-dia-despues-de-las-inundaciones.html
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