El 2 de septiembre de 1859 se produjo la peor tormenta solar de todos los tiempos. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que registró lo sucedido, la llamarada causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos, en Europa y América del Norte. Como entonces la energía eléctrica apenas se utilizaba, los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos, pero las auroras aparecieron en los cielos del Caribe, Roma y Madrid, algo inaudito. Pero, ¿cuáles son las probabilidades de que algo semejante pueda volver a producirse? De suceder en la actualidad, azotaría de forma devastadora el primer mundo, absolutamente dependiente de las redes de energía y comunicaciones. Predecirlo es casi un juego de videntes, pero la creciente actividad del Sol obliga a los científicos a mantenerse alerta. El físico espacial Pete Riley, de la Corporación Internacional de Aplicaciones Científicas (SAIC) en San Diego (EE.UU), cree que la probabilidad de que nos azote una llamarada solar perfecta, del mismo nivel que la que llegó en el siglo XIX, es de alrededor del 12% en los próximos diez años. Así lo estima en una investigación publicada en Space Weather.
Riley reconoce que, por su rareza, los eventos extremos del clima espacial, como el «evento Carrington», son difíciles de estudiar. Sus tasas de incidencia son complicadas de estimar y la predicción de un evento futuro es prácticamente imposible. Sin embargo, en su estudio, el científico analiza varias medidas de la severidad de los fenómenos meteorológicos espaciales, como la intensidad de la llamarada, la velocidad de la eyección de la masa coronal, etc., para estimar la probabilidad de que ocurran de eventos extremos. Y obtiene algunas conclusiones.
El físico estima que la probabilidad de que se produzca otro «evento Carrington» durante la próxima década es de un 12%. Claro que admite que este enfoque tiene limitaciones, ya que no considera los efectos del cambio en el clima espacial a largo plazo. «Si bien esta técnica no se puede utilizar para predecir eventos específicos, finalmente puede ser útil para la predicción probabilística», concluye Riley.
Intensa actividad
El ciclo solar (el 23) durante el cual el Sol estuvo inusualmente tranquilo ha terminado. Ahora, el Sol ha entrado en un intenso ciclo de actividad y ya ha comenzado a dar muestras de su genio.Alcanzará su máxima actividad a finales de 2013 o a principios de 1014. Aunque no hay motivo para la alarma, los científicos saben que la prevención ante un fenómeno de tanta potencia es fundamental. La dependencia de las sociedades industrializadas de las redes de comunicaciones, la informática y la telefonía móvil no ha dejado de aumentar y, si no se toman las medidas oportunas, una tormenta solar de máxima potencia puede causar importantes daños en nuestra forma de vida. Quizás podamos volver a contemplar auroras sobre España.
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