El otoño ha pasado a la práctica después de más de un mes de su teórico inicio. En tres días Cantabria ha pasado de la manga corta al chubasquero y la bufanda, con un desplome de las temperaturas de unos diez grados, viento del Norte, aguaceros, crecidas de ríos, descenso de la cota de nieve hasta los 800 metros, fuerte oleaje... Todos sus rigores en una jornada -la de ayer- en la que la alerta amarilla por fenómenos adversos en toda la costa cántabra y naranja por lluvias en Liébana pasaron sin grandes contratiempos, exceptuando algunas inundaciones de bajos en Torrelavega, el corte de dos carreteras por árboles caídos (en Vega de Pas) y desprendimiento de piedras (Tudanca).
La lluvia se comportó de manera desigual en Cantabria, disparando las tablas en Tresviso, donde se registraron 124,6 litros por metro cuadrado de precipitación acumulada desde las doce de la noche del viernes hasta las 15.00 horas, la máxima de todo el país.
A pesar del fuerte chaparrón, en este pueblo de alta montaña la noche transcurrió con normalidad, «porque tenemos las cunetas saneadas y desagua fácilmente», dijo el alcalde, Francisco Javier Campo.
Tras una tormentosa madrugada y una mañana pasada por agua, por la tarde todas las alarmas quedaron desactivadas en la región. Hoy incluso se anuncian grandes claros. Eso sí, hará incluso un poco más frío que ayer, con otra bajada de las temperaturas que se quedará instalada en Cantabria unos días más. Si el miércoles en Santander los termómetros alcanzaban los 24 grados, hoy, como mucho, se prevé una máxima de 14. Descenderán más las mínimas, que en la capital llegarán a los 7 grados y mañana lunes bajarán a 6.
Cuanto más al sur, el descenso térmico es más acusado. Reinosa se lleva la palma. Las máximas que habían llegado hasta los quince grados durante la semana, ayer sólo alcanzaron los ocho. La mínima se quedó en los cero grados, aunque la sensación térmica fue aún menor por el viento del Norte. Hoy está previsto que las temperaturas caigan un poco más, hasta un grado negativo de mínima.
No muy lejos, en las cumbres del Alto Campoo, cayó la segunda nevada de la temporada. La cota de nieve bajó en la región de los 2.000 a los 800 metros, dejando un paisaje blanco, que no llegó a cuajar, en pueblos como Brañavieja. Hoy el panorama no cambiará demasiado, pues aunque el tiempo mejora, la cota subirá levemente, hasta los 1.000 metros. Y mañana el sol ganará presencia. Se esperan cielos poco nubosos o despejados, con aumento de la nubosidad sólo al final del día. Pero el frío se mantiene, pues se anuncia otro ligero descenso de las temperaturas mínimas, mientras que las máximas aumentarán. Por ejemplo, en Santander el intervalo será de 6/16 grados, en Reinosa de -2/10 y en Potes de 1/12.