Los pequeños viajaban con otras seis personas en una minúscula embarcación para dos pasajeros.
Este viernes de pasión se vivió un doble calvario en el interior del Estado brasileño de Maranhão, uno de los más pobres del país, al resultar ahogados en un embalse seis niños, el menor de 2 años y el mayor de 12, todos de una misma familia. En su pequeña embarcación para dos personas, Josimar Martins da Silva había llevado a sus hijos y sobrinos para visitar a otros familiares en el municipio vecino de Bacabal. Al volver a casa, en el poblado de Piquizeiro, en Lago Verde, la barca volcó tras chocar con un tronco.En el minúsculo barco, sin ningún equipo de seguridad, viajaban 12 personas: 10 niños y dos adultos. Seis de los menores murieron, y el resto, entre ellos un bebé, consiguieron sobrevivir agarrándose a unos arbustos que estaban en medio del embalse.
Uno de los adultos consiguió llegar a nado hasta el poblado más cercano para pedir ayuda. Varias personas consiguieron llegar en barco a tiempo para rescatar con vida a los supervivientes. Los seis fallecidos murieron antes de ser recogidos.
El barco es uno de los medios tradicionales de transporte en la región, y se utiliza a menudo para que llevar a los niños a la escuela. La policía ha detenido al dueño de la embarcación, padre de uno de los niños fallecidos y tío de los otros cinco, por imprudencia grave. De los diez menores que iban a bordo, solo uno de ellos sabía nadar.
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