"Esta actividad empezó de una manera rápida al cambiar una serie de parámetros, sobre todo una deformación en los flancos del volcán, por inyección de nuevo magma", ha dicho el director del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, Hugo Yépez, quien ha advertido de que podrían producirse grietas por la presión de los gases.
Las columnas de ceniza provocadas por las erupciones del cráter han alcanzado los doce metros de altura, por lo que podrían complicar el tráfico en los aeropuertos de Manta y Esmeraldas y en las carreteras de Guayaquil y Salinas, según datos del Instituto Geofísico.
La Subdirección de Aviación Civil (DAC) ha indicado que hasta ahora la única ruta aérea afectada es la de Quito-Cuenca, cuyos vuelos se desviarán hacia el este. De momento, no ha sido necesario suspender ninguna ruta, aunque el organismo no lo descarta si continúan las emisiones de partículas.
En este contexto, la secretaria nacional de Riesgo, María del Pilar Cornejo, ha recomendado a las 240 familias que residen en las comunidades de Cusúa, Bilbao y Chacauco que abandonen temporalmente sus viviendas, aunque no se trata de una medida obligatoria. "Es muy importante que la población siga las indicaciones porque se acerca la noche y la evacuación es más difícil", ha explicado.
De forma paralela, la ministra de Educación, Gloria Vidal, ha ordenado suspender las clases de primaria y secundaria en dichas comunidades. Previsiblemente, se reanudarán el próximo día 29, aunque dependerá de la evolución del volcán.
Por su parte, unos 480 efectivos de las Fuerzas Armadas, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, se encargarán de poner a salvo el ganado de la zona, según informa el diario 'El Ciudadano'.
El Tungurahua, unos 130 kilómetros al sur de Quito, es uno de los volcanes más activos del país, que cuenta con medio centenar. Su actual proceso eruptivo empezó en 1999, desde entonces ha intercalado periodos de gran actividad con otros de calma. El año pasado registró hasta 26 explosiones.
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