Cuando Latonya Stevens escuchó truenos y relámpagos en la distancia, sabía lo que había que hacer. Cada vez que una tormenta se acerca, sus hijos corren a su habitación, en busca de refugio.
Ella, tal como millones de estadounidenses, había hecho planes para enfrentar la ola de tornados que azota a ese país y que ha causado hasta ahora 37 muertes.
Stevens alcanzó a encender una luz del pasillo para los pequeños, mientras los fuertes vientos comenzaban a sacudir la casa, y luego se desmayó.
Cuando despertó, la vivienda estaba destrozada y sólo uno de sus cuatro hijos estaba a la vista. Rápidamente asumió que había pasado lo peor: que el tornado se había llevado a los otros tres niños.
"Gritaba por ellos", relató Stevens este lunes. "Estaba en pánico. Por un momento, no sabía dónde estaban".
Nadie sabe exactamente lo que ocurrió, pero algunos elementos de la historia cosas están claros: los tres niños estaban en sus habitaciones cuando el tornado se acercó de repente. A medida que los vientos aumentaron, arrasaron con la mayor parte del segundo piso de la casa.
En medio de autopistaDespués de que pasó la tormenta y luego de una frenética búsqueda, los pequeños fueron hallados vivos. Uno de ellos estaba a 30 metros de distancia de los restos de la casa, en medio de una autopista.
Amber, de 3 años de edad; Ayanna, de 4, y Jamal, de 7, dijeron que no recordaban nada de lo que pasó antes de que los encontraran. Los tres sólo mostraban cortes y contusiones.
"Es un milagro que hayan sobrevivido", dijo el abuelo de los niños, Clarence Gray. "Dios los estaba cuidando".
La mayoría de las posesiones de la familia se perdieron, pero el lunes los pequeños estaban jugando en la casa de sus abuelos, como si nada hubiera ocurrido, aunque sabían lo que había pasado. "Esta era nuestra casa", dijo Jamal, mostrando una foto de lo que fue su residencia.
Otros estadounidenses no tuvieron tanta fortuna. La ola de tornados que se abatió en las últimas horas en una extensa área de ese país ha provocado hasta el lunes 37 fallecimientos y prácticamente borró del mapa a varias localidades.
En Indiana, la lista de víctimas fatales aumentó tras el deceso en un hospital de Angel Babcock, una niña de 2 años que había sobrevivido a un dantesco tornado que mató a toda su familia, pero no resistió las consecuencias de las graves heridas que sufrió cuando el fenómeno azotó su casa.
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