Los vientos huracanados que azotan el sur de California desde el miércoles por la noche dejaron hoy a más de 300.000 hogares sin electricidad en el área de Los Ángeles y causaron numerosos daños materiales, así como el derribo de árboles.
Las rachas de viento alcanzaron durante la madrugada en algunos puntos del interior 157 kilómetros por hora y se espera que el jueves las ráfagas ronden los 130 kilómetros por hora, según la previsión del Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU.
Una de las zonas más afectadas fue la localidad de Pasadena, donde los cortes de luz causaron la interrupción del suministro de agua al dejar de operar el sistema de bombeo de los depósitos de la ciudad.
La caída de numerosos árboles, tendido eléctrico y los fallos en la red de semáforos convirtieron hoy en un caos las ya habitualmente congestionadas carreteras y calles del condado de Los Ángeles.
Estos vientos huracanados son parte de un fenómeno conocido como los vientos de Santa Ana, corrientes de aire cálido que recorren los cañones desde el interior hacia la costa y que son muy temidos en época de incendios.
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