Los servicios de emergencia han reanudado hoy la búsqueda del niño de 10 años desaparecido al volcar ayer una embarcación de recreo en la entrada del Puerto Deportivo de Gijón, ha informado Salvamento Marítimo.
La búsqueda del niño desaparecido se ha reanudado con la primera luz del día de hoy y en el dispositivo participan Salvamento Marítimo con una embarcación y un helicóptero, dos lanchas de Cruz Roja y una de la Guardia Civil, que ha desplazado a buzos, con el apoyo por tierra de las policías portuaria y local y Protección Civil.
El fin de año se tiñe de luto para una familia granadina que iba a disfrutar de las fiestas navideñas en Gijón y para otra afincada en esta ciudad. El vuelco de la embarcación de recreo «Patri 13» en la bocana del puerto deportivo de la ciudad se saldó al mediodía de ayer con un muerto, tres heridos y un niño de 10 años desparecido que al cierre de esta edición no había sido localizado por los equipos de rescate que trabajaban en la costa.
El fallecido, Luis Carlos Menéndez Otero, de 48 años de edad, vecino de Gijón aunque natural de Pola de Lena, militar con rango de brigada en el acuartelamiento Cabo Noval, era el patrón de la embarcación siniestrada, en la que había salido con sus dos sobrinos (uno de ellos el menor desaparecido bajo las aguas) y con un familiar de 30 años de edad y el hijo de éste, de 11. El accidente se produjo, según algunos testigos, como consecuencia del mal estado de la mar en la mañana de ayer, con mar de fondo. Una ola golpeó la embarcación y causó el fatal vuelco. El litoral se encontraba en alerta amarilla por vientos costeros.
Un testigo de los hechos avisó del siniestro al servicio de coordinación de emergencias en torno a la una de la tarde. Este ciudadano anónimo alertaba de la existencia de una embarcación en peligro a la entrada del puerto, por detrás del dique exterior de Santa Catalina, con cinco personas a bordo, tres de ellos niños, vinculados por lazos familiares. Con toda celeridad se montó entonces un amplio dispositivo de rescate en la zona, partiendo la lancha de salvamento de Bomberos del Ayuntamiento de Gijón hasta el lugar del accidente. Una vez en la zona, los agentes lograron rescatar a un niño de 11 años cuya identidad responde a las iniciales I. D. F. El pequeño fue trasladado al Hospital de Cabueñes con claros síntomas de hipotermia.
La misma embarcación de Bomberos de Gijón realizó pocos minutos después un segundo rescate; en este caso se trataba de un varón de 30 años de edad cuya identidad responde a las iniciales J. R. D., padre del primer niño rescatado. El adulto, que se encontraba agarrado a una boya en el momento del rescate, según algunos testigos de los hechos, presentaba mayores síntomas de hipotermia que su hijo. Los servicios de rescate tuvieron que suministrarle oxígeno hasta que consiguieron estabilizarlo y pusieron en marcha su traslado en ambulancia hasta el Hospital de Jove, en donde permanecía ingresado con pronóstico reservado a última hora de la tarde de ayer.
Por último, una tercera víctima fue localizada y rescatada por el helicóptero de Salvamento Marítimo «Helimer 204», que lo trasladó a su base en El Musel, donde aguardaba una UVI móvil. Se trataba de un niño de 13 años, primo del primer menor rescatado y hermano del que a última hora de la tarde de ayer aún no había podido ser localizado. Los servicios médicos que atendieron a los heridos en el accidente marítimo señalaron a última hora de la tarde que no se teme por la vida de ninguno de ellos. Salvamento Marítimo colaboró en las tareas de rescate con la embarcación rápida «Salvamar Rigel», a bordo de la cual varios funcionarios rastrearon las aguas durante horas.
Desde la una y media de la tarde se trató de localizar a las otras dos víctimas del accidente. Según la información facilitada por los rescatados, un adulto y un niño se encontraban en el camarote de la embarcación sin chaleco salvavidas en el momento del accidente. Los responsables del dispositivo de rescate optaron entonces por remolcar la embarcación siniestrada, de 5,80 metros de eslora, que apenas llevaba unos meses atracada en el puerto deportivo. Durante el proceso de remolque de la embarcación se localizó el cuerpo sin vida de un varón de 48 años de edad, militar de profesión. El fallecido era tío del niño desaparecido y de su hermano, el adolescente de 13 años que había sido rescatado poco antes por los servicios de rescate.
La embarcación siniestrada fue izada a tierra con la ayuda de las grúas de la empresa Motonáutica pasadas las dos de la tarde. Fue entonces cuando se comprobó que no había nadie en el interior de la embarcación, como ya habían podido anticipar dos inmersiones de los buzos. Los encargados del dispositivo de vigilancia continuaron el rastreo por mar para intentar localizar al menor, ayudados por los buzos del servicio subacuático GEAS de la Guardia Civil con base en la Comandancia de Contrueces. Casi una veintena de voluntarios de Protección Civil complementaron al mediodía y por la tarde la vigilancia en la costa, principalmente en las playas de Poniente y El Arbeyal y zonas rocosas cercanas al lugar en el que se produjo el fatal accidente marítimo. En el complejo operativo participaron también agentes de la Policía Local, Policía Portuaria y del Cuerpo Nacional de Policía.
Durante las labores de rescate algunos de los familiares de los heridos se desplazaron hasta el puerto deportivo para conocer las últimas noticias. Los sanitarios de emergencias médicas tuvieron que atender a varios de estos ciudadanos que presentaban síntomas de ansiedad. La madre de uno de los menores accidentados tuvo que recibir asistencia en el interior de una cafetería situada en las inmediaciones del puerto deportivo. El dispositivo de vigilancia, seguridad y rescate fue contemplado, además, por decenas de testigos. Ciudadanos que en esos momentos -desde la una de la tarde y hasta casi las nueve de la noche, hora a la que se dio por finalizado el rastreo- se encontraban paseando por el puerto deportivo y que se vieron sorprendidos por el despliegue que se produjo en la zona, y que al ver el helicóptero sobre sus cabezas comprendieron el alcance de la tragedia.
Los padres del niño fallecido, que viven en Granada, recibieron el aviso de lo sucedido cuando se encontraban viajando hacia Gijón para celebrar en la ciudad la fiesta de Nochevieja. Se esperaba que los progenitores llegaran a la ciudad a última hora de la tarde de ayer.
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