martes, 20 de diciembre de 2011

COLOMBIA INUNDADA

HABITANTES DE VARIOS sectores intentaban ayer recuperar, de entre el lodo, lo poco que les quedó después del aguacero del domingo.
Dieciséis mil pesos. Eso fue lo único que le quedó a Gabriela Montoya, residente en la parte alta de Belén Aguas Frías, luego de que su casa fuera totalmente anegada por el lodo tras el aguacero del domingo.
Con lágrimas en los ojos, la mujer y una de sus hijas intentaban descurtir, ayer en la mañana, los billetes de 10.000, 5.000 y 1.000 pesos que, en medio de la desgracia, parecían una fortuna.
Es que imagínese, después de esto solamente quedamos con lo que teníamos puesto", comentó Gabriela mientras señalaba parte de una montaña que se desprendió, justo detrás de su vivienda.
Aún con preocupación, la señora relató los momentos de angustia que vivió durante la emergencia, que se presentó el domingo hacia las tres de la tarde, en el occidente de la ciudad.
"Ese aguacero fue tremendo. El agua se empezó a entrar y nosotros intentamos sacarla, pero no pudimos, entonces mejor nos salimos. Después fue que la montaña se vino y vea el desastre", comentó con malestar.

                                      
Lo que ocurrió momentos después, dijo, fue una pesadilla. La casa que con tanto esfuerzo había construido hacía 20 años se vino abajo. Un apartamento nuevo, en el que vivía su hija, también quedó destruido.
Gabriela calculó en cerca de 180 millones las pérdidas, entre enseres y afectaciones de infraestructura de su vivienda.
"No quedó nada. Todos los electrodomésticos se perdieron y ni qué decir de cómo quedó la casita", sostuvo apesadumbrada.
Mientras intentaba seguir sacando el barro de su casa, con la ayuda de más de una docena de vecinos, Gabriela anhelaba seguir encontrando entre la inmensa masa café algo más que los 16.000 pesos que ahora tenía en el bolsillo.
"En alguna parte tiene que estar el millón de la natillera", aseguró esperanzada.


Emergencias por inundaciónEn la misma zona, sector de San Francisco, Elvia Patiño se lamentaba por haber perdido su vivienda luego de que la quebrada La Picacha se la llevara por delante.
En ese sitio, tres casas quedaron destruidas y, según los vecinos, otras 12 resultaron afectadas y están a punto de colapsar. Los habitantes pidieron a las autoridades ser reubicados.
"Eso fue muy miedoso. Cuando la casa empezó a traquear nos tocó salir corriendo y ver cómo la corriente se la llevaba", relató casi llorando la señora Patiño, quien llegó al sitio hace 12 años desplazada de Urabá.
Su drama también lo experimentaban los esposos Martha Emilia Rico y Mario Ruiz. Al igual que Elvia, ellos quedaron únicamente con la ropa que tenían puesta cuando el desastre y tienen que afrontar la realidad de haberse quedado sin hogar.
"Acá se fueron muchos años de trabajo dedicados a levantar la casita. Este diciembre va a ser muy triste", concluyó Ruiz.
En Belén, otras tres casas resultaron gravemente afectadas por las inundaciones en el sector conocido como El Chispero. Varios muros que conectaban a las viviendas colapsaron sin que resultaran personas lesionadas.
Sin rastroLa búsqueda de Juan Camilo Mejía, de 20 años, quien fue arrastrado por la quebrada La Picacha, en el barrio Belén las Violetas, continuó durante todo el día de ayer sin que al finalizar la tarde se tuvieran noticias sobre su paradero.
Ana Beatriz Zapata, abuela del joven, quien se desempeña como vigilante, señaló que en horas de la tarde fueron encontrados restos humanos en el afluente, pero que estos no corresponden a su nieto. Las autoridades investigan a quién pertenecen los órganos.
Para facilitar la búsqueda de Juan Camilo, la señora Zapata precisó que el muchacho tiene un tatuaje de color negro, en forma de dragón, en su brazo izquierdo.
Los organismos de socorro siguen adelantando el censo de los damnificados en diferentes zonas para determinar qué tipo de ayudas humanitaria necesitan.
EA2CPG