Las nueve de la mañana de hoy, el temporal ha dejado una ola de 10.30 metros, diez metros que de nuevo se han superado en torno a las doce de la mañana a veinte millas de la Virgen del Mar. Pero lejos aún de los 23,13 metros de la más grande registrada en la Virgen del Mar en enero de 2009. A primera hora de la mañana el tamaño medio de las olas era de 4,13 metros, segun los datos recogidos en la Red Vigia del Gobierno de Cantabria que tiene medidores en la Virgen del Mar y Santoña. Una hoa antes, las olas han llegado a superar los 8 metros según los datos de la boya de la Estación oceano-meteorológica Augusto González de Linares (Boya AGL), que está fondeada a 22 millas al norte de Cabo Mayor (Santander).
Durante toda la madrugada la boya ha registrado olas de más de 7 metros, aunque el valor más alto se ha producido a las 8:00 horas cuando la estación ha captado olas de 8,09 metros. La Dirección General de Protección Civil del Gobierno de Cantabria mantiene la alerta naranja por fenómenos costeros adversos en la región hasta el próximo sábado.
Un temporal que durá ya cuatro días y que se va a prolongar, como mínimo, hasta el sábado. En cualquier caso aún no se acerca a las cifras record de la borrasca que azotó el norte en noviembre del año pasado y que fue bautizada con el nombre de "Becky". Fue una de las cinco más severas de los últimos diez años, con alturas "significantes" de ola (valor medio del tercio de las olas más altas que se registran durante media hora) de 11 metros, y con olas individuales que superaron los 18 metros.
Daños en Laredo
Las estampas, no obstante, volvieron a ser espectaculares por sus rompientes en Comillas, Suances, Santander o Castro Urdiales, por ejemplo, puntos donde el mar golpeó con más furia y se hizo patente en algunos paseos marítimos, aunque los mayores daños fueron producidos por la fuerte marea, como sucedió en la playa Salvé, de Laredo. Allí, la merma de arena que se ha llevado el oleaje ha dejado maltrecho el embarcadero de la lancha que comunica con Santoña.
La pleamar completó el destrozo del martes en El Puntal pejino, y los propietarios de los dos restaurantes existentes allí tuvieron que proteger sus negocios con sacos terreros. Técnicos de la Demarcación de Costas de Cantabria visitaron ayer la zona del Puntal para evaluar los destrozos, informa Rafael Sánchez, al tiempo que operarios municipales trataban de cubrir con la ayuda de una excavadora el socavón que se ha producido en el sistema dunar.
A peor en tierra a partir de mañana
Tierra a dentro, la situación va a empeorar a partir de mañana. Por mucho que los efectos del temporal se estén notando de pasada y de manera muy puntual (ayer la mayor racha fue de 92 kilómetros por hora en Santander a las ocho de la mañana) y con escasas precipitaciones. Pese a que estemos en medio de un ambiente relativamente agradable (máximas entre 15 y 17 grados en Treto, San Vicente de la Barquera, Santander o Potes) y sin heladas, se avecina una situación típica invernal: frío, lluvia, nieve y ambiente muy desapacible. Hoy, con el viento Sur de dominante, el cielo volverá a lucir claro, pero la entrada del Oeste por la tarde, con rachas que en el interior pueden alcanzar los 80 kilómetros por hora (alerta amarilla) es el anticipo de lo que nos llega.
Para el viernes, Cantabria estará bajo aviso de alerta naranja en el litoral y en la zona costera por fenómenos adversos y vientos de hasta 100 kilómetros por hora, respectivamente. En el interior, además, Aemet activa la alerta amarilla por vientos de hasta 90 kilómetros, así como por la posible acumulación de entre 3 y 5 centímetros de nieve en Campoo, Liébana, centro de Cantabria y Valle de Villaverde.
Claro que lo que para Aemet es alerta naranja en la costa cántabra por la posible llegada de olas de hasta siete metros, para Euskalmet es alerta roja en la comunidad vecina, al nivel del aviso que se ha dado hoy para la costa coruñesa. Esas olas vienen de lejos, traen un largo recorrido. Los fuertes y continuados vientos que produce la fuerte depresión que cruza las Islas Británicas han originado en medio del Atlántico ondas largas y altas. La intensidad del temporal del Oeste alcanzó fuerza 10 -cerca de lo que en otras latitudes sería un ciclón y lo que en la jerga se denomina 'montañosa', con olas de entre 12 y 15 metros- y el viento constante ha empujado los olas mil millas. Durante su viaje pierden fuelle, pero algunas chocan contra la costa de Cantabria con una altura de seis o siete metros.
Salvamento Marítimo, al quite
A pesar del duro temporal, el Centro de Salvamento Marítimo en Santander no ha tenido ningún aviso para actuar en auxilio de ningún barco mercante. Julián Camus, jefe del Centro, certifica que este primer gran embate en la mar está pasando sin problemas. De hecho, en estas últimas semanas no han tenido ninguna actuación reseñable, «aunque el tráfico mercante continúa navegando pese a las durísimas condiciones.
Ahora las probabilidades de accidente crecen, y una reacción bajo estas condiciones es compleja», señala Camus, «pero estamos preparados para responder a la mínima contingencia que surja».
Antón, el controlador que ayer se hallaba de guardia, sostiene que estas situaciones «no son frecuentes, pero tampoco excepcionales», y señala que más de lo que hay ahora en lo que a temporal se refiere es difícil que se repita estos próximos días. No obstante, estima que las olas que lleguen a la costa «quizá aumenten un poco», incremento que él evalúa en un metro más de altura.
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