La lucha contra el fuego sigue sin tregua. El incendio forestal declarado el jueves en Cortes de Pallás, y que afecta ya a siete términos municipales, avanzaba anoche sin control tras arrasar más de 7.000 hectáreas en un desastre ecológico que desde el aire se presenta dantesco y desolador. Unas 900 personas fueron desalojadas y el humo obligó a cortar cuatro carreteras. En Andilla, otro fuego obligó a evacuar a unos 200 vecinos del pueblo y cuatro aldeas cercanas.
Los medios y efectivos antiincendios desplegados en Cortes de Pallás, Dos Aguas, Turís, Macastre, Montroi, Yátova y Alborache -30 aviones y helicópteros, 52 autobombas y un millar de personas entre brigadistas, bomberos, militares y voluntarios-, se encontraron ayer con numerosas dificultades para controlar las llamas debido a las condiciones meteorológicas, especialmente por las altas temperaturas, la escasa humedad y el viento de poniente.
La lluvia de cenizas llegó hasta la ciudad de Valencia. Hay que remontarse casi dos décadas para recordar un incendio de dimensiones tan infernales en los montes valencianos. El fuego arrasó 25.000 hectáreas de masa forestal en ocho días en el verano de 1994.
La prioridad ayer era evitar que las llamas alcanzaran las casas de los pueblos y urbanizaciones, pero no lo consiguieron en Turís, donde ardieron algunos chalés y parcelas. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente envió medios aéreos y terrestres para colaborar en las tareas de extinción. Cinco aviones anfibios con una capacidad de descarga de 5.500 litros de agua, y dos helicópteros bombarderos con una carga de 4.500 litros trabajaron en la zona afectada, según informaron fuentes gubernamentales.
Uno de los principales frentes activos del incendio obligó a desalojar las urbanizaciones Balcón de Montroi y Altury de Turís. Las llamas afectaron a varios chalés pese al esfuerzo de los brigadistas y bomberos. Un vecino de esta última urbanización fue detenido por la Guardia Civil por negarse a desalojar su casa. Tras no conseguir que entrara en razón, los agentes se vieron obligados a arrestar al hombre para garantizar su seguridad. Dejarlo en el chalé suponía un grave riesgo para este vecino por la proximidad del fuego.
Aunque las llamas afectaron a varias parcelas y vallas, la mayoría de las casas no sufrieron daños. «Hasta que no nos dejen subir no sabemos qué ha pasado», afirmó la alcaldesa de Turís, Pilar Lozano. Lo que sí corroboraron durante la tarde de ayer fue la destrucción de dos chalés de madera, que ardieron con gran rapidez.
«Afortunadamente muchos chalés tenían vallas, y ha pasado menos de lo que imaginábamos», señaló Lozano, quien confesó estar pasando unos de los peores días de su vida como alcaldesa a causa del incendio y de los problemas ocasionados.
«La barbarie de las llamas es espeluznante», afirmó Lilo Vásquez, una joven de 28 años que reside junto a su esposo y su hijo en la urbanización Altury. Gracias a los efectivos antiincendios «podemos contarlo», añadió la mujer.
La tarde del jueves comenzó con algo de humo en las inmediaciones de los chalés, y se transformó poco a poco en un cielo rojizo, luego en lluvia de cenizas y más tarde en un fuego vivo, que se veía desde varios kilómetros de distancia.
A las siete y media de la mañana del viernes, la Guardia Civil llamó puerta por puerta y desalojó a los vecinos. «Sólo me ha dado tiempo a coger a mi perro y mi gato, y algo de ropa», explicó la joven colombiana, que dejó en su casa toda la documentación referida a la obtención de la nacionalidad española.
Uno de los brigadistas explicó a los vecinos que sus casas se habían librado de las llamas, pero no así las zonas verdes contiguas, aunque habrá que hacer un examen más detallado en las próximas horas», matizó. A las doce del mediodía, el fuego obligaba a desalojar la urbanización Canyà del Pí, mientras que a las tres de la tarde los efectivos antiincendios desalojaron a los vecinos de la zona residencial turisana Penya de la Nota.
La alcaldesa de Turís explicó ayer por la tarde que había dos flancos de llamas en el término. El fuego se acercó al casco urbano, pero no supuso un peligro para la población. Unas 200 personas desalojadas de las urbanizaciones de Turís y 20 vecinos de Dos Aguas fueron alojados en el Centro de Día de esta localidad de la Ribera, donde estaba previsto que pasaran la noche.
Otro de los municipios de la Ribera afectado por el incendio fue Montroi, donde el fuego obligó a desalojar a alrededor de 200 vecinos de la urbanización Balcón de Montroi, que a última hora de la tarde de ayer pudieron volver a sus casas. Sin embargo, el término seguía amenazado por este incendio, ya que según el alcalde de Montroi, Antonio Polo, un nuevo foco procedente de Turís se acercaba a otra zona del término ayer por la tarde.
La intervención de los miembros de Protección Civil de Buñol y de Monserrat evitó que más de 40.000 vecinos de la Vall dels Alcalans (Real, Montroi y Montserrat) se quedaran sin suministro de agua potable, ya que consiguieron salvar de las llamas el pozo que abastece estas localidades ubicado en el término de Montroi.
Mientras los medios antiincendios centraban todos sus esfuerzos en evitar que las llamas afectaran a las urbanizaciones de Turís y Montroi, los vecinos de Dos Aguas continuaban ayer pendientes de los medios de comunicación para conocer el alcance del desastre ecológico. También querían saber cuándo iban a regresar a sus casas.
En la vecina localidad de Cortes de Pallás, las noticias que llegaban eran más tranquilizadoras. El fuego no afectó a ninguna vivienda de los trabajadores de la central eléctrica, que regresaron a sus puestos de trabajo sobre el mediodía de ayer, según informaron fuentes de Iberdrola. Sin embargo, la Guardia Civil desalojó las aldeas del Oro, Otonel, Venta Gaeta, Vinuelas, La Cabezuela, Los Herreros y Castellblanques. El motivo no era otro que evitar posibles riesgos para los lugareños si el viento cambiaba de dirección.
Otro incendio en Andilla
Otro incendio forestal declarado ayer por la tarde en el término de Andilla -en la comarca de los Serranos- obligó a desalojar de manera preventiva a unos 200 vecinos de la localidad y de cuatro aldeas de la zona, según informaron fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias.
El fuego se inició alrededor de las cuatro y media. La proximidad de las llamas obligó a evacuar de forma preventiva a los habitantes de las aldeas de La Pobleta, Artaj, Oset y Pardanchinos, cercanas a Andilla. En la extinción del incendio participaban anoche, según fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, al menos cinco medios aéreos, siete brigadas forestales, dos autobombas y algunos voluntarios del parque de Chelva.
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