Desde Barakaldo, Sestao e incluso Leioa. Desde estos municipios se pudo ver la columna de denso humo negro que procedía del pavoroso incendio que rompió ayer la tranquilidad de una apacible tarde de vísperas de verano en el barrio bilbaíno de Zurbaranbarri. El fuego se produjo bajo el subsuelo, dentro de la Línea 3 del metro, que se encuentra actualmente en obras. El origen de las llamas estuvo en el cableado utilizado en los trabajos, según informó la Ertzaintza. El humo salió al exterior por la boca del suburbano que se ubicará en el futuro junto a la plaza Iturriondo.
El siniestro obligó a desalojar dos bloques de viviendas, varios bares y un parque infantil. No se registraron heridos, aunque dos personas de avanzada edad tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencia. Más que por inhalación de humo por la ansiedad que les generó el suceso. Y es que el distrito de Uribarri se llevó un susto «mayúsculo».
Todo comenzó sobre las 19.00 horas. Varios vecinos dieron la voz de alarma. Minutos después de que llegaran los Bomberos y la Policía al lugar de los hechos, Txomin, que se encontraba en el cercano bar Gure Mendi y fue testigo directo, lo describía muy gráficamente: «El agujero del metro parecía un volcán: el humo y el fuego salían disparados hacia el cielo».
Lo primero que hizo la Ertzaintza fue acordonar una amplia zona del barrio de Zurbaranbarri. La Vía Vieja de Lezama quedó totalmente cortada. Se prohibió el tránsito de vehículos y peatones en un radio de unos 70 metros alrededor del pozo del suburbano. La restricción se prolongó por espacio de más de dos horas, hasta que la situación quedó definitivamente controlada.
Un técnico de Emergencias del Gobierno vasco recomendó a los vecinos del número 1 de la calle Zurbaran y a otro portal de la plaza Iturriondo (de nueve alturas) que no salieran a la calle y que se confinaran en sus hogares. «En una situación así, lo importante es cerrar las ventanas y persianas», señaló. Sin embargo, la gente acabó saliendo a la carrera de sus casas. En muchas de ellas, el humo ya había penetrado y era «complicado» respirar.
Dos personas de avanzada edad fueron atendidas por una ambulancia de Osakidetza, aunque la actuación tuvo más que ver con sendas crisis de ansiedad que por problemas respiratorios derivados de las llamas. Los Bomberos, por su parte, se aplicaron a fondo para extinguir un fuego que afectó al cableado ubicado en un descansillo de las futuras escaleras de acceso y que se extendió a un grupo electrógeno.
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