Los bomberos volverán a luchar este miércoles en su intento de domar el infierno en que se ha tornado un explosivo incendio forestal que ya obligó a unos 32.000 residentes a abandonar sus hogares cerca de Colorado Springs, Colorado.
"Esta es una tormenta de fuego de proporciones épicas", dijo Richard Brown, el jefe de bomberos de Colorado Springs, la noche del martes. Vientos de más de 100 kph soplaban a través de los cañones de la montaña avivando el fuego en el noroeste de Colorado Springs.
El gobernador, John Hickenlooper dijo a los periodistas que era un espectáculo difícil de ver.
"Había casas quemadas hasta los cimientos. Era surrealista", dijo la noche del martes. "No hay duda de que es grave".
El incendio se mantiene en 6.200 acres con sólo un 5% del fuego contenido. Los funcionarios afirman que es una exhibición de "comportamiento extremo del fuego".
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