La playa de El Sardinero parece un campo de batalla de escombros, restos de barandillas y juegos infantiles destrozados. Barrida durante la madrugada por olas de más de diez metros
que han arrasado el litoral, a primera hora de la mañana era la prueba
de la gravedad de los daños. La lista es extensa y recorre todo el
litoral cántabro, desde Castro Urdiales a San Vicente de la Barquera,
con la capital, Castro Urdiales y Laredo como zonas más afectadas.
En Santander la Avenida García Lago suma edificios anegados y muros vencidos.
El Hotel Chiqui, sin embargo, ha resistido notablemente bien la furia
del mar. No pueden decir lo mismo los restaurantes El Parque y el
Cormorán, en los pies de la playa de El Sardinero, lo mismo que la sala
BNS, que está destrozada. El agua ha roto puertas y ventanas blindadas.
El local "es lo más parecido a una piscina", decía a primera hora de la
mañana un policía.. La imagen era el caos perfecto: taburetes, cristales
blindados, sillas, mesas... todo 'buceando' dentro del local.
En los bajos del restaurante Maremondo, los dueños de la
Escuela de Surf Sardinero se han encontrado con el local destrozado. “A
las seis de la mañana ha sido la pleamar con un coeficiente de 103 y el
Hércules de hace quince días se ha convertido en Sansón esta noche. Ha
sido la casualidad, la mar en fuerza ha pegado a esa hora, como siempre,
pero ha coincidido con una marea de cien. Ha sido como si hubiera
pasado un tsunami. Es triste porque es un negocio de un año y nunca
había pasado algo como esto, pero... la mar no tiene medida”, explicaba
el veterano surfer y empresario Carlos Beraza. A unos metros de allí,
las duchas arrancadas con sus bases de cemento y unos columpios
destrozados que parecen ser de la segunda playa, al otro lado de Piquío,
se amontonan en la esquina de los bajos. Un auténtico campo de batalla.
La caja registradora del restaurante 'El parque', en
Santander apareció varada en el aparcamiento del supermercado Lupa, a
más de cien metros. Las olas arrasaron el local, recientemente
rehabilitado de los daños de una tempestad anterior. Un maremágnum de
hierros retorcidos, cristales astillados y menaje del restaurante
alfombraba el lugar. La misma suerte corrió su vecino del 'Cormorán'. El
agua llegó hasta el primer piso, rompió los ventanales y anegó los
salones. A su alrededor, el quiosco de helados fue arrancado de cuajo de
su ubicación y situado en medio del paseo. A su lado reposa una
barandilla de hormigón mientras que la arena ha cubierto el pavimento y
muestra como el oleaje atravesó el parque de Mesones y llegó hasta el
aparcamiento. Tres dotaciones de bomberos trabajan en la zona del Chiqui
y el parque de Mesones para achicar agua de algunos garajes y revisar
los daños.
Castro Urdiales
En Castro Urdiales, el fuerte oleaje que se ha producido
coincidiendo con la pleamar ha provocado el desplazamiento de varios
vehículos que estaban aparcados en el parque de Hierro, de la calle
Silvestre Ochoa y en La Atalaya, que han acabado chocando entre ellos.
Además, el fuerte oleaje provocó inundaciones en los bajos de alguna
vivienda de la Avenida de la Playa. La marea también se ha llevado unos
35 metros de muro del muelle Don Luis, parte de la balaustrada de la
Pérgola y ha reventado varios cristales del Hotel Miramar, situado en la
playa de Brazomar. La virulencia de la mar también se ha dejado notar
en el pabellón de Actividades Náuticas, en el que se han registrado
diversos materiales que han afectado a las traineras de la Sociedad
Deportiva de Remo. La playa de Dícido, en Mioño, también ha amanecido
afectada por el temporal. Los servicios de emergencias de Castro se han
visto obligados a cortar el acceso a San Guillén y la Avenida de la
Plaza por preocupación.
San Vicente de la Barquera
Los equipos del 112 Cantabria han tenido que actuar para
achicar agua en calles y locales de San Vicente de la Barquera, que el
sabado ya sufrió pequeñas inundaciones. En Comillas la playa resultó
arrasada. Las estructuras de madera de su acceso principal y restos de
las barandillas de hormigón aparecieron en la tapia del cuartel de la
Guardia Civil “y no sabemos donde están las duchas” decía a primera hora
de la mañana la alcalde María Teresa Noceda, que inspeccionaba los
daños. En la playa de Oyambre ha desaparecido el aparcamiento y las olas
se han comido parte de las dunas: la cerca del campo de golf está ahora
directamente sobre la playa. El duelo del chiringuiro' El pajaro
amarilolo' relataba como las olas pasaban por encima del techo del
local.
Los servicios de emergencias también han tenido que
intervenir para ayudar a personas heridas o arrastradas por las olas en
el cámping de Ajo (Bareyo), donde las olas han movido varios coches.
La boya de la Red Vigía del Gobierno cántabro ubicada
frente a la Virgen del Mar ha registrado esta madrugada olas de hasta
once metros de altura. La boya Augusto González Linares, que el
Instituto Español de Oceanografía tiene fondeada 22 millas al norte de
Cabo Mayor, las olas han sido mayores, con valores medios de entre nueve
y diez metros. En este caso, los datos no concretan los picos máximos
alcanzados.
Graves destrozos en la playa de Comillas
El temporal ha causado graves daños en la zona de la playa
de Comillas. El fuerte viento que sopló durante toda la noche levantó
los tablones de madera de la rampa que da acceso al arenal y causó
destrozos en la zona de las duchas. Pero el mayor destrozo se ha
producido, sin duda, en la barandilla que separa la playa del paseo, que
ha quedado, en muchos tramos, reducida a escombros.
En la zona de los pinares, ha causado soplaos y “ha movido
mucha arena”, explicó la alcaldesa, Teresa Noceda. En la zona de puerto,
el temporal también ha dejado huella “y ha arrasado con las puertas de
las bodegas”. Noceda explicó que “nunca se habían visto destrozos de
este calibre en la playa de Comillas” y aclaró que “va a costar bastante
dinero arreglarlo”. Por parte del Ayuntamiento, “se ha dado parte a
Costas y a Puertos y, de momento, no podemos saber cuánto, pero volver a
poner todo esto en condiciones nos va a costar bastante, porque ha sido
un auténtico desastre”, zanjó.
Laredo
"Nunca había ocurrido esto", explica la Policía Local de
Laredo. "Si llega a llover se nos inunda el pueblo". La villa ha
registrado también numerosos daños. Los muros de piedra de la calle
Almirante Bonifaz están reventados, igual que las puertas del paseo
marítimo.
"Los merenderos de El Puntal tienen hasta metro y medio de
agua y las calles de acceso están intransitables". Calles inundadas,
vehículos destrozados al ser arrastrados por las olas y colisionados
contra muros u otros coches, siete garajes anegados... En Laredo "los
daños son numerosos y los barcos se salían del puerto", según la Policia
Local.
Santoña es otro de los municipios que ha padecido los
efectos del temporal. La playa de San Martín ha sido la más afectada y
la fuerza del mar se ha llevado por delante más de 18 metros de
barandilla.También ha arrancado de cuajo una de las duchas. La campa del
Pasaje, que está situada frente al Patronato Militar, se ha inundado y
también ha sufrido daños el embarcadero del barco de recreo que une
Santoña con Laredo, en concreto, han quedado destrozadas las escaleras
de madera que dan acceso a la playa.
Suances
El temporal no pasó de largo en Suances durante la noche y
dejó escenas impresionantes en varios puntos del municipio. En la zona
de la playa de Los Locos, el oleaje arrastró el frente de la terraza del
chriringuito, concretamente, la barandilla y el toldo que lo cubría.
Hace dos años ocurrió algo similar, pero además el agua se llevó el
suelo de la terraza, de madera, que ahora ha sido reforzado y ha
permanecido en su sitio.
Sin haberse producido grandes desperfectos, en la zona de
la playa de La Concha, el agua se ha adentrado en las calles interiores y
en zonas puntuales del carril bici y ha arrastrado arena y palucada.
Esta escena se ha visto en la calle Enrique Otí, a la altura del
Restaurante Ciaboga y desde la zona de El Hotel El Muelle se ha salido
el agua también hasta dar a parar al Hotel Soraya.
En Tagle, el fuerte olejaje ha dejado la playa sin arena.
Santoña y Bareyo
El temporal costero ha dejado su huella en la villa de Santoñaque
ha amanecido con un reguero de destrozos en sus dos playas, que se han
visto dañadas por el azote de las olas. En la playa ubicada en el
municipio la zona más afectada ha sido San Martín que ofrece una dura
estampa. Las rocas, la arena, palos y las algas invaden este tramo del
paseo que ha visto como sus barandillas metálicas han sido arrancadas de
cuajo con las losetas en las que estaban instaladas incluidas. Los
bancos de piedra también han sido desplazados varios metros así como la
ducha que había en este arenal. A los pies del Fuerte de San Martín se
acumulan las piedras arrastradas por la mar. La campa del glacis, frente
al Patronato Militar, ha despertado completamente inundada pudiéndose
imaginar la altura que alcanzó anoche el oleaje. El embarcadero del
Pasaje tampoco se ha librado ya que la estructura de madera que
facilitaba el acceso a la playa de La Machina ha sido arrancada de cuajo
y destruido sus tablas por completo. Y todo el paseo, en mayor o menor
medida, tiene restos de arena.
Otro de los municipios orientales que tampoco se ha librado de este furioso temporal es Bareyo.
Aquí, la playa de Cuberris se ha llevado la mayor parte con importantes
destrozos que dejan un imagen lamentable. Las olas han arrancado de
cuajo las pasarelas de hormigón que permiten el acceso a este arenal así
como ha destrozado todo el mobiliario urbano incluidos los baños
públicos. El nivel de arena, dice el alcalde José de la Hoz, ha
descendido en unos cuatro metros y el agua del mar ha llegado incluso
hasta la zona de hoteles donde se han sufrido inundaciones y el camping.
Tal ha sido su fuerza que ha arrastrado coches que había en el lugar y
los ha introducido en las instalaciones del camping.