jueves, 12 de enero de 2012

GUIPUZCOA REGISTRA 46 LOCALIDADES CON RIESGO DE INUNDACIONES

La orografía guipuzcoana, con ríos cortos y caudalosos, resulta propicia para las inundaciones. Tanto es así que las cicatrices de las últimas riadas, ocurridas en noviembre, todavía no se han cerrado en las cuencas del Urumea, Oria y Oiartzun.
El Boletín Oficial del País Vasco publicó ayer la Evaluación Preliminar de Riesgo de Inundación (EPRI) en el Cantábrico oriental. El documento, como su nombre indica, fija las zonas en las que existe mayor probabilidad de sufrir riadas.
El estudio ha sido realizado por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, la Agencia Vasca del Agua y la dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del departamento de Interior.
El documento establece que en Euskadi existen 56 áreas con «riesgo potencial significativo», de las que 35 se encuentran en Gipuzkoa. En nuestro territorio, 46 municipios se ubican en esas zonas de riesgo. Si tenemos en cuenta que en Gipuzkoa se contabilizan 88 localidades, se deduce que más de la mitad de los municipios puede verse afectada por desbordamientos.
La propia evaluación señala que Euskadi, en su conjunto, resulta «particularmente vulnerable a las inundaciones debido a sus características orográficas, climáticas e hidrográficas». A esta realidad se añade «la ocupación de las llanuras de inundación de los cauces principales», en referencia a los efectos negativos de las urbanizaciones y polígonos industriales allí asentados.
Los redactores del estudio señalan la dificultad de establecer los umbrales que conlleven a catalogar a un tramo como de riesgo significativo de inundación.
Indican que el criterio utilizado ha sido «identificar los áreas que concentran la mayor cuantía de daños en la menor longitud posible, de forma que los esfuerzos puedan dirigirse en primer término a las actuaciones que puedan ayudar mayormente a mitigar el riesgo global».
La cuenca guipuzcoana en la que se identifican más zonas inundables es la del Oria. Quince localidades, prácticamente todas las del valle, han sido calificadas como áreas de riesgo potencial significativo de inundación. Se recuerda que en varias de ellas los desbordamientos se han ido sucediendo con cierta periodicidad. Este es el caso de Beasain, que ha padecido riadas en 1981, 1983, 1992 y 2003; Villabona (1926, 1933, 1953, 1981, 1983) o Andoain (1932, 1979, 1981, 1983).
En el Deba se detectan áreas con riesgo en la práctica totalidad de los municipios, concretamente en tramos correspondientes a Eskoriatza, Arrasate, Bergara, Soraluze, Elgoibar, Mendaro y Deba. Por lo que respecta a Eibar, también se encuentra en la lista, pero el peligro proviene del Ego, al igual que en las localidades vizcaínas de Ermua y Mallabia.
Una parte significativa de los municipios radicados a la vera del Urola se califican igualmente como áreas de riesgo potencial significativo de inundación. Este es el caso de Azpeitia, Azkoitia, Zumarraga, Urretxu y Legazpi.
En la cuenca del Urumea, se inscriben en la citada lista tramos a su paso por Donostia, Astigarraga y Hernani. En la del Oiartzun, se citan Oiartzun y Errenteria.
Otras localidades incluidas en la evaluación son Lizartza (Araxes), Irun (Bidasoa), Ataun y Olaberria (Agauntza), así como Zarautz (Iñurritza).
Mapa de riesgo, en 2013
El trabajo realizado se deriva de la aplicación de una directiva europea de 2007, traspuesta en el Real Decreto 903/2010. Esta normativa obliga a evaluar y gestionar los riesgos de inundación. El paso siguiente a la identificación de las áreas de riesgo será la elaboración de los mapas de peligrosidad. Este documento clasificará las zonas según su nivel de riesgo (alto, medio, bajo). También indicará los daños potenciales que una riada puede provocar en la población, así como en los bienes materiales y el medio ambiente. Este documento deberá estar redactado para el 22 de diciembre de 2013.
El proceso terminaría con la elaboración de los planes de gestión del riesgo de desbordamiento. Su contenido contemplará medidas preventivas y paliativas.
Con estos planes se prevé garantizar nuevos asentamientos seguros, la disminución del peligro actual y la mejora de las condiciones morfológicas de la masas de agua superficiales. Este tercer documento tiene como fecha de terminación el 22 de diciembre de 2015.
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