La rotura del casco del Rena ha causado la caída al agua de más de una veintena de contenedores, troncos de madera y otra carga que transportaba cuando el pasado 5 de octubre encalló en el arrecife de Astrolabe, a unos 12 kilómetros de la ciudad portuaria de Tauranga, en la Isla Norte.
Desde que el buque encalló, los equipos del servicio de emergencias marítimas han extraído de sus depósitos más de 1.000 toneladas de combustible, de las 1.300 que guardaba, con la finalidad de prevenir el vertido de estos al mar.
El Rena vertió tras encallar unas 350 toneladas de combustible que causaron una marea negra que llegó hasta las costas de Tauranga, donde durante semanas se llevaron a cabo tareas de limpieza y rescate de aves y animales.
Las autoridades han imputado al capitán del Rena y el segundo oficial, quienes supuestamente provocaron el naufragio al realizar una maniobra brusca para acortar la ruta.
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